Esta colección es un manifiesto político. La moda no es sólo una cuestión puramente estética, es sobre todo una consecuencia de la situación socio-política de un momento concreto. Como artista, me siento interpelada por la realidad que me rodea y siento la necesidad de plasmar la lucha pacífica por el derecho a decidir de nuestro pueblo.

La Marcha de la Sal fue un largo camino de 300 kilómetros dirigido por Mahatma Gandhi entre abril y marzo de 1930, que culminó con el gesto simbólico de coger un puñado de sal del Océano Índico. Una protesta pacífica contra el impuesto de la recogida de sal, con el objetivo final de conseguir la independencia de la India, que sirve de inspiración de esta colección.

La colección refleja la importancia de la tradición e innovación, y reinterpreta las formas y estampados.

El patronaje evoca formas oversize y se trabaja exagerando la forma de los pantalones y los abrigos.

El estampado con serigrafía se utiliza para recuperar mensajes de Gandhi como “Your life is your message” y “Be the change you want to see in the world”.

La importancia de la textura por Gandhi fue una constante en su vida y dio a paso a un acto extendido en todo el país. Es por esta razón que las texturas tienen un papel destacado en esta colección; se trabaja la técnica del fieltro de lana combinando materias que evocan fusión y desunión vez. La cuerda simboliza la opresión.

La técnica del transfer como línea de investigación se trabaja sobre formatos muy diversos y da paso a grandes piezas de color, estampado y textura, como contraposición a la tradición. Esta técnica se trabaja sobre prendas de punto terminadas y sobre tejidos plisados que se agrietan.

Se reinterpretan los estampados para reflejar una sociedad heterogénea y llena de matices.

La piel se envejece para dar autenticidad a la pieza y se trabaja combinada con punto y en complementos.

La importancia de la vestimenta para la oración y la adoración se trabaja con respeto en la forma y la calidad del tejido. En este sentido el color morado sugiere la oración y el dorado la ofrenda. Las tonalidades de grises inducen a la calma.